(José Magdalena María de la Flor 32, Jesus María) Tie Vladi, tengo un problema muy doloroso que quisiera consultar con usted de inmediato: nací biológicamente varón, pero mi madre jamás lo ha aceptado. Ella me concibió en el I Encuentro Feminista Ecosocialista Latinoamericano “Todas unidas contra el Falocentrismo”. A mi padre jamás lo llegué a conocer, algunas compañeras de mi madre dicen que más bien mi padre pudo haber sido una lechuga o una ensalada vegana o que quizás fue producto de una conjura falocéntrica para separar a mi madre del camino feminista. Que nací del espíritu combativo de las militantes feministas y que por error nací varón porque, según ellas, no se llegó al quorom acordado en plenaria estatutaria.
Mi mamá desde pequeño me ha llevado a cada uno de los encuentros, seminarios, congresos, coloquios, fiestas, reuniones, capacitaciones, talleres, intervenciones y batukadas feministas. Mi memoria está plagada de recuerdos poco gratos. Por ejemplo, cuando se realizó una de las primeras marchas del orgullo gay, el grupo de mi mamá quiso participar, pero con la condición de liderar la marcha. Los “malditos gays falocéntricos” nos botaron a tacazos. Desde ese momento mi mamá y las amigas de ella odian a todos los gays, trans y cabrillas del mundo. Ella siempre me ha amenazado: “¡NUNCA TE JUNTES CON GAYS! ¡ELLOS PERVIERTEN EL VERDADERO FEMINISMO!”
En mis fiestas de cumpleaños, las canciones eran todas de Chavela Vargas y eran animadas por Uterina, la payasita feminista. Al final no reventábamos una piñata, sino reventábamos la tarola feminista de donde salían kekes en forma de úteros. Ya en la adolescencia, yo estaba prohibido de conocer amigos varones. Cuando quería salir a fiestas, ella me encerraba en el closet feminista y me lanzaba caca de gato para que recapacite. Siempre ella me estimuló para poder cambiarme de sexo. Solo así sería digno del amor de ella. Cuando tuve mi primera enamorada, ella me amenazó de muerte si me atrevía a tener relaciones sexuales con ella. “¡SI LE METES EL PENE, SOLO PERPETUAS LA PENETRACIÓN FALOCOLONIAL! ¡MALDITO DOMINANTE SIMBÓLICO!”. Mis relaciones con mujeres han fracasado siempre gracias a los estímulos de mi madre.
Yo siempre he sido un varón heterosexual, pero eso no me convierte en falocéntrico o machista. Mi mamá no entiende nada sobre mí. Me ha botado de la casa, ahora el gato ocupa mi cama. ¿Qué hago Dr. Vladi? CONSEJO DEL TÍO VLADI
Querido Pepe,
Tu carta ha tocado nuestros corazones, y aunque tu caso es poco común porque normalmente las feministas no tienen hijos dado que con adoptar gatitos les basta. Te recomiendo una entrada frontal: si te reemplazó por un gato, lleva arena al baño y caga encima, pero no te olvides de enterrarla. Acude a sus talleres y haz un flashmob con el pipilín al aire maldiciendo a Frida Kahlo. Al terminar. Acude a casa rápidamente y empaca tus cosas.