(Onur, 25, Iquitos) Querido Tío Vladi, acudo a usted acongojado, porque ya no sé qué hacer con mi vida. Ahora mismo, mientras escribo estas letras, las lágrimas corren mi maquillaje y la nariz roja no me permite respirar correctamente. Sí, sé que le parece gracioso, pero soy payaso, ¡y lo hago por amor, Tío, por el amor de una animadora que hace lo que quiere conmigo!
Ella es dos años menor que yo, y la conocí saliendo del Noa Noa. Yo estaba con mis patas de Nauta, pero como la vi a ella y sus amigas bien encachinadas me palteó acercarme. Como su gente la abandonó, tuve la fortuna de compartir el motocar con ella, por lo que conversamos un rato en el camino. Me contó que estudiaba Ecología en la Científica y que se dedicaba a ser dalina en shows infantiles y para ONGs que llevaban ayuda por todo el Amazonas. “¿Te gustaría ayudarme en el tema?”, recuerdo que me dijo, y como yo le quería seguir metiendo letra, le dije que ya. Contenta me dio un beso la mejilla y quedamos que al siguiente día nos encontraríamos para ver eso.
Yo me rasqueteé bien el pellejo y me puse mi mejor tela colombiana, creyendo que esa noche la hacía. Llegué a su barrio, y ahí estaba ella, radiante, con un traje muy corto, y con una bolsa gigante a su lado. Al verla intenté abrazarla, pero ella me contuvo y me dijo “en la bolsa está Papá Pig, póntelo, gracias por ayudarme”. El tema me tomó tan de sorpresa que cuando reaccioné ya estaba rodeado de cinco niños que me preguntaban dónde estaba Peppa.
La maldita me utilizó y no me permitió ni comer los chizitos del piso. De esa primera experiencia hasta ahora… solo soy un payaso triste y sin rumbo. ¡Todo porque la amo! Me explota, Tío Vladi… explota mi corazón de payasito. Solo le resulto gracioso por hablar con voz de pito, pero soy una persona con sentimientos y buenas intenciones. De todo hago para conquistar su amor: una vez me disfracé de Doki durante tres horas en verano en pleno malecón. Yo me ofrecí a disfrazarme porque la amo con desesperación. Acabé deshidratado y ¡en EMERGENCIA! No valió de nada mi sacrificio, la muy ingrata se fue a perrear a una disco con el baboso que se disfraza de Peter Pan. ¡Mi corazón de mazamorra morada arde de pasión y de dolor! No me importa Tío Vladi que los padres de familia le miren las piernas y el rabo cuando viste su disfraz de dalina sukistrukis. Para mí ella es hermosa, es mi princesa Elsa charapa del reino de Arandebelén. ¿Qué hago, caballero? CONSEJO DEL TÍO VLADI Ay sobrino, tu caso me ha conmovido hasta cagarme de risa. Tu vida es un chiste y tu princesa Frozen te está utilizando en sus shows infantiles. Date cuenta, mentecato llullampero. ¡DEJA DE PINTAR CASITAS EN BELÉN CON PATCH ADAMS Y WENDY RAMOS! Dedícate a algo provechoso y que te dé dinero. En vez de pintarte la cara como payasito, puedes dedicarte a realizar tours turísticos en el río Amazonas disfrazado como indígena bora. Aprovecha y vende artesanías en el malecón. ¡Eso sí da dinero! ¡Suerte, payaso!