(Agencias Pedagógicas) Un valiente, consecuente y educado hombre, como miles en el Perú, ha pegado el grito al cielo al descubrir que las mujeres, especialistas en abrir las patas para llenarse de hijos de hombres desconocidos que conocieron en el Kapital Sur, podrían comenzar a recibir gratuitamente la pastilla del día siguiente, fármaco al que solo podían acceder solo pagando las 15 luquitas, pero que hoy, al entregarse gratis, originaría, según este sabio humano, una estampida de sexo sin control, y una adicción sin precedentes de las mujeres por consumir levonorgestrel, situación que dañaría su útero según leyó una madrugada en Yahoo Respuestas.
El hombre, identificado con las siglas J.E.R.O.P.A., y que adquirió sus profundos conocimientos en educación sexual femenina leyendo a la seño María del Trome, informó que hará una cruzada nacional para evitar que las mujeres, brutas por naturaleza, reciban una pastilla que podría dañarlas irreparablemente. “Yo no estoy de acuerdo, yo siempre he estado pendiente de lo que le pasa al útero de las mujeres, es más, cuando cumplí 18 años la piñata de mi onomástico fue un útero sangrante que me regaló una amiga feminista. Como conozco a las mujeres, sé que correrán a las postas a pedir compulsivamente esa pastilla, y lo que es peor, se les va a hacer costumbre tomarla a diario como si fuera Jazmin, y eso debe parar“, sostuvo mientras escribía un nuevo post para informar de la cantidad de mujer que se han vuelto Charmanders luego de consumir más de seis pastillas en un año.
Cuando fue cuestionado por este reportero de la cantidad de veces que él había comprado el famoso fármaco, y si es que había sido capacitado o se había capacitado él mismo al momento de comprar, afirmó que lo había hecho pocas veces, no más de 50, y que en todas las ocasiones no había necesitado que nadie lo instruya, porque él es hombre y los hombres saben más de sexo que las mujeres por naturaleza.
Al cierre de esta edición, se supo que cuando el curso de educación sexual fue retirado de la currícula y se convocaron a manifestaciones, el hombre más preocupado por la salud sexual femenina estaba jugando una pichanga de octavos de final con sus patas, “los Fetos Grones”, lo que le impidió informarse o protestar por el asunto.