(Fuentes Armani) Tomando en cuenta todas las veces que ha sido ignorada o se le ha prestado una mínima atención a pesar de sus grandes e internacionales logros, la fondista peruana Inés Melchor ha decidido buscar esa esquiva atención fingiendo tener una relación sentimental con el futbolista Jefferson Farfán.
La idea se le ocurrió luego de haber obtenido el mejor tiempo a nivel latinoamericano en 10,000 metros con vallas, montículos de arena como obstáculos y minas antipersonales. Inés se encontraba descansando en el camarote sin colchón de un hotel de mochileros que el IPD le había alquilado para la ocasión (como siempre), cuando se puso a ver el Partido Perú-Bolivia de la Copa América. Ahí se dio cuento que “Alondra (la novia de Paolo) recibía más atención y más cámara que ella ese día. Es decir, la enamorada farandulera de un futbolista (y que, en estricto sentido, no es nada más que eso) podía recibir más cobertura de los medios que el logro internacional de una deportista peruana en el exterior. Y es que mientras que a ella la persiguieron todos los canales peruanos esa noche, a mí me persiguieron los meseros del restaurante del cual tuve que huir porque no podía pagar la cuenta de mi cena ya que los viáticos del IPD son en canje de cremas Dencorub y botellitas de Thimolina Leonard”, señaló.
«Y, obviamente, siempre viajamos en Faucett»
“Y, obviamente, siempre viajamos en Faucett”
“Por eso, me dije, no tenía otra opción que ser parte de la farándula de alguna manera. Traté de ser parte de Combate o Esto es Guerra pero, como he terminado la universidad, quedé inmediatamente descalificada. Luego intenté ser parte del Gran Show pero Paco Bazán me dijo que en la próxima temporada va a estar Reimond Manco y el Pompo Cordero, por lo que su cuota de grandes deportistas ya estaba cubierta. Entonces no me queda otra que armar un romance con un futbolista famoso para poder tener esa atención y, al menos así, puedan pagarme completo mis viajes y viáticos y no tener que vender al peso mis medallas en el Centro de Lima. No quiero más que eso. Afortunadamente, Jefferson se prestará para esto ya que a cambio le vigilaré sus casas en Lima mientras esté en Alemania. Aprovechando mi habilidad como fondista visitaré tanto la de La Molina como la de Villa El Salvador como quien entrena. Mientras tanto, aprovechando que está por acá, ya nos tomamos unas fotos juntos en el Kímbara y mañana saldremos chupando y comiendo ceviche en el Verídico de Fidel. Ojalá que esta vez los medios no me ignoren”, finalizó nuestra campeona.