(Fuentes SERUMS) ¡Ranitidina! Un pobre y miserable estudiante de medicina sin vida sexual ni social ha llamado la atención de todas las redes sociales. Resulta que el joven estudiante identificado con las iniciales C.H.A.N.C.R.O (29 años) vivió momentos de zozobra al no vestir su conocida bata blanca la cual le brinda super poderes.
Super poderes como ser reconocido en la calle por los comunes mortales como un próspero estudiante de una carrera con futuro – a diferencia de carreras sin futuro como antropología, sociología o politología:
– Joven, usted estudia medicina, ¿no?
– ¡Sí, señora! He nacido para salvar al mundo de la tiranía de la medicina alternativa. ¡YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA! Sígame, si quiere vivir.
así como también ser tema de conversación en las comidas familiares:
– María, ¿qué estudia tu hijo?
– ¡Él estudia medicina!
– ¡AY QUÉ ORGULLOSA DEBES SENTIRTE! Aprende, Luchito, no seas como el pobre diablo de tu padre que estudió sociología y ahora no sabe ni pelar pollos. ¡Escoge una carrera con futuro como lo hace tu primo!
O ser el consentido(a) de la casa:
– Mamá, me voy de campo a Caballococha, ¿me puedes ayudar si quiera para mi pasaje y comida? Es para un trabajo de la universidad.
– ¡¿QUÉ COSA?! Ni que estudiarás medicina, papito. Debes de aprender de tu hermano quien estudia medicina y él si tiene gastos fuertes y necesarios que como familia debemos apoyar. ¡CABALLOCOCHA ESTÁ AQUISITO NOMÁS! Tú seguro quieres dinero para drogarte con tus amigotes. ¡Antropología! ¡Antropología! Esa NO ES una carrera importante como es la medicina. Además, ahorita tengo que ir a comprar los libros e instrumental para tu hermano. Conmigo no cuentes para tus viajecitos de vacaciones. ¡FUMÓN!
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C.H.A.N.C.R.O (29 años) cursa el penúltimo año de la carrera y siente que toda su juventud se ha esfumado en medio de jeringas, paracetamol, espéculos, esparadrapos y vendas. “Arnulfo, vengo estudiando por más de una década una carrera que es útil para la sociedad. Todavía no me gradúo y jamás he trabajado en mi vida. Creo que a partir de los 30 podré cobrar mi primera propina. Pienso luego especializarme para seguir siendo un ejemplo para la sociedad. Mi vida es dura, Arnulfo. Todavía es más dura cuando no uso mi bata la cual me da super poderes. No sabes cuántas veces he enorgullecido a mis viejos. Yo soy la joven sensación de las comidas familiares. Todas las tías ya han separado cita conmigo en mi consultorio imaginario. Mis cachetes y mis hombros están rojos de miles de besos y palmaditas. Mi vida como estudiante es dura, alucina”, declaró después de tomarle el pulso al chanchorreportero.
No obstante ese mundo de felicidad se esfumó cuando C.H.A.N.C.R.O olvidó su límpida y blanquísima bata que su mamá lavó y planchó por él. De esa forma, el joven estudiante transitó por las calles con el aspecto que realmente tiene: el de un mendigo famélico con ojeras que le cuelgan hasta el piso, manos callosas por las pajas eternas, hombros caídos, mirada perdida, rotoso, sin un sol en los bolsillos y con el aliento que le apesta a muerte.
“Parecía el loco Betún, aquel que arroja caca a los choferes que se niegan a colaborar. Nos solidarizamos y le dimos veinte céntimos para que pueda comprar un pan de yema. Es una pena ver a un estudiante de medicina sin su bata”, declaró una curiosa que mandó saludos a su familia.
Al cierre de esta nota, C.H.A.N.C.R.O no dejará de usar su bata para así seguir siendo un ejemplo para los jóvenes del Pedú.