(Agencias Pasaje Completo) Un estudio científico llevado a cabo para determinar las respuestas sensoriales de los operadores de tránsito (chofer y cobrador) y cómo ello afecta su trabajo, ha determinado que los carnets universitarios son virtualmente invisibles a los ojos de los cobradores debido al estrés postraumático que cada uno alberga al trabajar en el caótico y desordenado tránsito limeño.
Así lo confirmó el estudio en diferentes experimentos. En uno de ellos, se siguieron a varios cobradores cuya ruta incluía al menos tres universidades. La conclusión es contundente: “el grado de indiferencia que muestran cuando se les muestra el carnet es superlativo y solamente es explicable bajo el supuesto no pueden ver el objeto en cuestión. Aunque, en algunos casos, pareciera que están al tanto que existe tal carnet (y que ello implica un descuento en el pasaje), no obstante, la duda entre lo que ven y lo que asumen debe ser la realidad hace que solo efectúen un descuente de 10 o 20 céntimos en lo que tendrá que ser una rebaja de entre 50 y 1 sol. Como fuese, esta disociación frente a lo que (no) se ve y lo que se sabe que existe es producto del estrés y las precarias condiciones laborales de cobradores, así como de la inhalación de CO2 y todas las axilas y pedales que la gente se mete en los micros”, señala el estudio.
Esto generaría las ya conocidas discusiones entre universitarios de diversa procedencia y los cobradores. Para ellos, los jóvenes solo están haciendo un gesto con la mano y no están mostrando absolutamente nada, por lo que su exigencia de medio pasaje sería inválida. Mientras tanto, en la otra orilla se encontrarían los carnets de los policías. Estos no solo son reconocidos por los cobradores sino que pueden ser hasta olfateados por los mismos desde el momento que suben los agentes del orden. “Huelen más fuerte que alicia de vendedor ambulante en pleno verano”, señaló uno de los cobradores.
Por otra parte, el estudio ha llegado a otras conclusiones respecto a las demás personas que forman parte del transporte público. Así, por ejemplo, se ha determinado que los choferes son daltónicos y no distinguen el rojo y el amarillo (de los semáforos), así como el blanco (de los cruceros peatonales). Se sabe, también, que los policías que dirigen el tránsito carecen del sentido de la temporalidad, lo que explicaría el por qué asignan de manera tan desproporcionada los pasos de los vehículos en las avenidas y por qué reemplazan de manera tan ineficiente a los semáforos. Finalmente, se explora la posibilidad que dentro del grupo de los pasajeros esté evolucionando un nuevo tipo de raza humana, con habilidades para rastrear los asientos vacíos y para escabullirse y derrumbar todo a su paso con tal de sentarse en ellos: las tías velociraptor. Seguiremos informando.