El amor es eso que transcurre entre el suspiro que arranca un mensaje de tu flaco o flaca en el whatsapp, y el empujón que te zampa la seño que ingresa con sus bultos al Expreso 2 del Metropolitano. Así, al mensaje de “Buen día, bebé”, le respondes “ghfhjsja tebnr glup” gracias a aquel accidentado momento. ¿Por qué te ocurren esas cosas? Porque eres marginal, pues cholito. ¿Por qué más va a ser? Y es que la marginalidad es esa intermitencia que atraviesa los sentimientos y tu bolsillo con hueco; el amor que sienten los Stevens por sus Yahaidas, o como en este caso, por sus Tatianas Del Solar.
Tatiana del Solar Rodríguez-Larraín, sobrina de María del Pilar Carolina del Rosario Miró Quesada Rodríguez-Larraín Vda. De García Corrochano y Egúzquiza, conocida en el Country Club como la popular “Mapi”, acudió al gurú del amor y de las bajas pasiones; el afamado Tío Vladi. Luego de detallar las peripecias de su última e infausta aventura, ambos llegaron a diversas conclusiones sobre aquellas cosas que no debes hacer, si un corazón no marginal en una primera cita quieres poseer.
1. Sólo hay algo peor que ir a verla con tu polera de Popeye reggaetonero: que te la amarres a la cintura
Se supone que es tu primer contacto luego de pulsear por horas en el feis. Además, como bien dicen, todo entra por la vista. Pero con esa polera no entras ni así tuvieras la cara de Brad Pitt. O su billete. O sea, No way! my brown friend.
2. Por amor de dios: No le pidas que te encalete las habitas confitadas antes de entrar al cine
Han pactado el primer punto en la ruta de la salida inaugural: ella sugiere el Cineplanet Prime de La Rambla en San Borja. Se luce con lo mejor de su armario para ti, de aquello que compró en su último viaje por NY, además de perfumarse con el aroma de un Nina Ricci. Llegas caminando a la distancia, le dices “Holi”… ¿Y le vas a pedir que te encalete las habitas dulces que compraste en el cruce de Chota con Colón? ¿Really, my andean boy?
3. Si te insinúa el antojo de un helado, no la sorprendas con un Donito
Sobreviviste al cine, luego de preguntar una y otra vez sobre por qué no le gustaron tus habitas confitadas. Salieron, te perdona el roche y te regala la sonrisa que despide su rostro en calma, mientras te insinúa el antojo de un pinkberry o una copa de helado en D’Laritza. Le dices que te espere, que no tardas. Te vas 10 cuadras más allá hasta encontrar un heladero… ¿Y pretendes llegar con una paleta Donito de lúcuma? Ala mierda.
4. Si tienes que transportarte con ella, olvídate de treparla en un colectivo
Han definido moverse y a ti no se te ocurre nada mejor que tratar de compenetrar conversando mientras caminan desde Aviación hacia Paseo de la República. Consigues que se ría y que se divierta, pero no hay justificación para que hayas parado un colectivo y la hagas viajar en el asiento trasero al lado de un compadre que viene cargando sus mayólicas desde Palao, mientras tú viajas estirando las pativilcas en el asiento del copiloto. Big mistake.
5. Se viene el verano: Quítate la manía de usar medias con tus sandalias Ronaldiño
Te ha soportado como nadie y al borde del atardecer, le propones caminar con lentitud por la orilla de algún balneario. Descienden por Armendáriz, vas abriendo tu morral. Ella presume que sacarás la cámara para inmortalizar el momento. De pronto, y luego de apoyarte en una piedra, te despojas de tus tabas ¿Para qué? Para ponerte las sandalias Ronaldiño encima de tus medias blancas. En ese acto, no solo destruiste la poca buena imagen que ella tenía de ti, sino que también acabas de matar cualquier tipo de instante romántico 200 metros a la redonda con esa pezuña maldita. ¿Tanto trabajo era meterse un baño luego de la pichanguita con tus broders en la mañana?
6. Conquistar el paladar sin ceviche de pota
Gozas de tu suerte y tomas la iniciativa para convencerla de ir por un piqueo. Ella espera que como con sus anteriores experiencias, los bocaditos sean en la Tiendecita Blanca o en el Café Dédalo, pero tu apetito y aguante por la cebolla pudieron más. La arrimas al filo de la vereda y en un agachadito… ¿Le invitas un ceviche de pota con chicharrón? Abusivo. ¿Por qué mejor no le inyectas hepatitis de frente?
7. No la lleves al puente de los suspiros en Barranco, y menos regalar esa rosa artificial de a luca
En un intento por replicar el gesto de un clásico galán, la llevas a Barranco. Mientras ella espera que la acoja la noche en una feria ecoveganapanfeminista con batucadas y gatitos, ya la hiciste latear hasta el puente de los suspiros. A todo esto, no podía faltar la señito que se te acerca y te dice: “Joven, una rosita para su chica guapa”. Pero peor que eso, es que la compres y se la obsequies. That’s so ugly!
8. Quinua y ponche de habas
Está finalizando la jornada y para tratar de salvar el día, buscas ofrecerle el lonche de un solo golpe. Su rostro incómodo y de notorio fastidio sólo espera que esta vez, aunque sea por esta vez, mínimo te comportes con un subway. Pero no, el Steven fiel a su estilo, se acerca a ella sujetando una bolsa de quinua y otra de ponche de habas con sus respectivas cañitas. Die!
9. Fundo Mamacona vs. Yunza kermesse de tu barrio
Lo de ella es perseverar y ofrecerte una segunda oportunidad, tanto que te ofrece salir la próxima vez a un lugar fuera de la ciudad. Linda como siempre, te invita al Fundo Mamacona, pero tú insistes con la Kermesse de tu barrio, pro fondos pagar la rehabilitación del Chicho en el Centro Victoria. Pa concha, le pides que salga contigo en el selfie que te quieres tomar junto a Guajaja. Good Lord!
10. Postear
Todo por ese día ha acabado ya. Camino a tu casa, mientras te apoyas en la puerta del bus, con la única mano que puedes, te dedicas a postear en su muro: GraaCiAz BebEhh** EzTa NoxE Lo Fué ToKyOhh! TKM (La etiquetas).
Y es así como te dejan en Visto por toda la vida.
(*)Créditos y agradecimientos: Darling Tati Del Solar.