10 formas eficientes e inclusivas para protestar sin ser gomeado por la policía

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En tu universidad privada las boletas son más caras que el recibo de luz de la jato de playa del rector, el costo del bitute aumenta como tu virginidad y las fotocopias, ¡las fotocopias!, son impagables y prefieres tomarle foto al libro en vez de pagar 49374983274 soles por dos copias. Al otro lado de la avenida, el mismo panorama se repite, pero con sus particularidades. Eres de una universidad pública y los fondos para la investigación están tan vacíos como tu estómago, el mobiliario se cae a pedazos como tu jato de esteras en pleno Fenómeno del Niño, tus profes se emplean enseñando juegos lógicos en las pres para llegar a fin de mes y, francamente, tu vida universitaria es un drama del cual no puedes escapar. “Pero, Steven Maycol, ¿qué hacer para mejorar esta situación de anemia, dengue y abandono estatal?, ¿cuáles son las medidas para que te escuchen sin ser tildado por la prensa nacional de terruco, vándalo, rojimio, rojete o socioconfundido? Yo no quiero acabar en Seguridad del Estado y ser gomeado por una docena de tombos, ¿qué hago?”

Tranquilo, amigo. Aquí tenemos los tips para evitar todo ese escenario de terror y de muertetete. Con estas formas de protesta pacífica aprobada por la “Asociación de Personas que Pagan Impuestos Para Que Te Eduques En Vez De Quejarte y No Bloquees El Tráfico” serás la versión edulcorada de Gandhi, Martin Luther King y Rosa Parks. Serás el líder silente lorcho que esta chacra estaba esperando. ¡Anota, vándalo!

“Performa encadenarte en el rectorado”: Ya que ahora todo es performance, ¡qué mejor que encadenarte con cadenas simbólicas invisibles frente al rectorado (pero a cien metros de distancia)! Simula dolor, gime (pero en silencio), golpéate suavemente los cachetes hasta que vomites buitre simbólico y el rector ceda ante tus justos reclamos. “Rector, usted ya tiene diez años subiendo las boletas, ¿pa’ cuándo las bajas?”
“Siéntate en silencio en el comedor”: No hay suficientes tickets para alimentar a todos los estudiantes anémicos de la universidad. ¿Tomar el comedor?, ¿rociar de gasolina las charolas?, ¿convocar a una huelga de hambre? ¡ESAS SON HUEVADAS TERRUCAS! La solución al problema no es otra que sentarte en silencio en el comedor. Tu silencio de seguro incomodará de seguro a las autoridades y ellos inmediatamente atenderán tus justos reclamos. ¡SHHHHHHHHHHHH, déjame tragar, terruco!
“Escribe una columna en tu blog”: No hay fondos de investigación en la universidad porque el rector los ha orientado para el terrajeo de su jato de playa. Ya la Federación ha escrito cartas, comunicados, panfletos, volantes, etc.; pero nadie les presta atención. Las reuniones pactadas han sido canceladas a último momento y no hay solución a la vista. ¿Qué hacer? ¡Facilito! Escribe en tu blog tu molestia y publícalo en Twitter. Cruza los dedos para que RMP le de retweet y así tu voz será escuchada. ¡MEGALIKE!
“Organiza un concierto/protesta en el campus”: Las boletas han aumentado desde la gestión del actual rector en un 2000%. A los trabajadores no se les aumenta el sueldo desde hace décadas y los jefes de práctica se encuentran bajo la línea de pobreza. La situación es desesperada y parece que solo queda callar y pagar. Pero la Federación tiene una solución: Organizar un concierto con bandas de estudiantes para que así escuchen su voz de protesta. Entre sintetizadores, guitarras eléctricas y letras llenas de reflexión y reconocimiento positivo de la diversidad, el corazón de las autoridades se ablandará y de seguro los escucharán. Lo que ustedes ignoran es que el dinero para la producción del evento ha salido de sus propios bolsillos o de sus viejos, tarados. ¡CANTAR ES PROTESTAR, CHULS!
“Crea un canal en Yotube”: Han declarado un pabellón como edificio inhabitable. Los estudiantes han sido trasladados a un descampado donde reciben clases. Inclusive así la SUNEDU ha licenciado a la universidad gracias a la gestión del maravilloso rector. Ya se cansaron de ser paseados por las autoridades del MINEDU, SUNEDU, etc.; pero el derecho a la protesta está penado con pena de muerte y lo mejor que se puede hacer es volverse INFLUENCER. ¡Crea tu propio canal de Yotube donde denuncies la incompetencia de las autoridades con pegajosas, disparatadas e irreverentes frases! ¡RECTOR GATERODE NO ME TERRUQUEES!
“Hacer un plantón silencioso en el patio de tu casa”: Desde el General San Martín esta forma de protesta ha sido efectiva a lo largo de las décadas. Cuentan los historiadores que José de San Martín hizo un plantón silente en el patio de su casa y esa fue la verdadera razón para que el Perú se independice. El ejército español no pudo resistir tremenda conjura y decidió retirarse con el rabo entre las piernas. ¡Haz tú lo mismo y verás que el rector y los vice-rectores se orinarán en sus pantalones! ¡SHHHH, QUÉ VIVA EL PERÚ, SHHHH!
“Bloquea del Facebook al rector”: No hay forma más efectiva para herir los sentimientos de alguien que bloquearlo del Facebook. Ya se ha demostrado que bloqueando a la otra persona, esta se arrepentirá de sus actos y cambiará su forma de ser. Ya tendrás en la puerta de tu casa al rector y al ministro de educación pidiéndote de rodillas que por favor los desbloquees. Solo así podrás plantearle tu pliego de reclamos y ellos lo acatarán en silencio. ¡DESBLOQUEAME, BEIBI!
“Quítale el like al fanpage de la universidad”: El que dijo “de likes no solo vive el hombre”, estaba totalmente equivocado. En este posmodern@ mund@ un like es más que un símbolo: es la legitimación per se. Si tu universidad se zurra en los reclamos de los estudiantes, si tú rector se caga de risa cuando quieren un menú 3B, si tú vicerrector de investigación no tiene doctorado… ¡QUÍTALE EL LIKE AL FANPAGE DE LA UNIVERSIDAD! A menos likes, menos legitimidad de las autoridades. Verás que todos esos incompetentes serán retirados del cargo al tener el fanpage solo 100 seguidores. ¡MI REINO POR UN LIKE!
“Denuncia de acoso al rector sin pruebas por Facebook”. Estudiantaridad es el nuevo concepto que ayuda a hermanar las boletas de diferentes estudiantes universitarios privados. “Yo te creo, estudiante” es el slogan de moda que NO FALLA. No importa si el rector es heterosexual y tú eres un peludo hombre cisgénero. Denúncialo de acoso aunque nunca lo hayas visto de cerca. “Me acosaba con subir las boletas, si me quedaba callado”. Recuerda que debe ser por Facebook y con un testamento de un millón de párrafos plagados de anécdotas intrascendentes, remilgos literarios, referencias a tus sentimientos, recovecos políticos, descripción del tráfico de ese día, etc. Como es tan largo y enredado, nadie lo leerá y solo bastará creerte. Inmediatamente aparecerás en los noticieros y tu pliego de reclamos por fin será aceptado. ¡MI BOLETA, MI TERRITORIA!
“Escribe un libro sobre cómo fue difícil estudiar en una universidad pública”: Un libro puede tumbarse gestiones plagadas de corrupción y autoridades profundamente ignorantes; pero también puede gestionar la creación de nuevos fondos de investigación, construcción de nuevos pabellones e implementación de laboratorios. Solo un libro puede hacer esa diferencia. “Ya te cagaste. Mi libro será el más vendido en la Feria Internacional del Libro, basura. ¡Tu gestión ya fue!” ¡DIRECTO AL NOBEL!
Todas estas formas son eficientemente… estúpidas, si deseas que tu voz sea escuchada. A lo largo de la historia en América, Europa, Asia, Oceanía, África y en San Juan de Lurigancho el pueblo ha conquistado sus derechos no por el cojudo silencio, sino por quebrar una ley que perjudicaba a un colectivo. Por ejemplo, Rosa Parks rompió la ley al sentarse en un asiento destinado a “hombres blancos”. En sus nalgas hay más revolución que en el silencio cómplice que favorece la discriminación. No se paró y dijo “Pucha, este, claro, me huevie de asiento. Sorry, broder. Me puedes seguir discriminando; puedes seguir pisoteando mis derechos. Puedes seguir negándome humanidad”. Cuando te digan que afectas el “derecho de los otros”, respóndele que en todo caso él o ella renuncien a sus derechos laborales pues estos nacieron de la lucha de otros por otros. Ningún historiador va a hacer una reseña sobre cómo se vio afectado el tráfico de carretas en Lima en 1821, sino como un pueblo se independizó. Mirarse el ombligo no te da derechos, amigo. Saludos.

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