(Agencias Indiferentes) A pesar de haber empezado hace una semana y de haber surgido en uno de los yacimientos mineros más grandes del Perú, el conflicto social entre la minera Las Bambas y los ciudadanos de Challhuahuacho recién ha podido obtener los muertos y heridos necesarios como para ser tomado en serio por el Gobierno Central, la opinión pública y para poder salir en la prensa limeña el día de hoy.
En efecto, la lamentable muerte de las personas que participaron de los enfrentamientos con la policía ha sido bien recibida por las autoridades y medios nacionales – que en realidad son bien limeñas-, ya que gracias a eso por fin podrán tomar en serio la protesta y valorar lo que está en juego. En el caso de las autoridades, esto significa que en vez de participar de un escenario tenso pero manejable entre varias posturas ahora serán los protagonistas de una situación crítica y llena de violencia que –esperan- podrán saber manejar con el conocido tino y muñeca política que les ha permitido cagarla toda en anteriores casos de conflictos mineros. En el caso de la prensa, ésta se encuentra contenta ya que al fin ha encontrado una historia que puede generar atención y tiene el peso dramático para permitir que los fachos de siempre se alegren y comenten disparates tipo “¡Ya ven! Rojos anti-progreso. Si se quejan, les tienen que meter bala por terroristas antimineros. Así deberían hacer con todos, carajo” mientras que los izquierdistas de toda la vida digan cosas como “Rebélate peruano. Estas empresas no pagan lo que deben, vienen a contaminar y hacer lo que les dé la gana”, sin que ninguno de los dos entienda que el conflicto se origina por razones bastante más complejas que esas.
Los muertos del conflicto social en Las Bambas forman parte de la larga lista de ciudadanos-pobladores peruanos que tienen que fallecer para que un problema de importancia nacional que sucede en una zona fuera de Lima sea reconocido como tal por las autoridades y la prensa capitalina, tal como sucedió en Pichanaqui, Tía María, Conga, Bagua, y un largo etcétera. Mientras tanto, en Miraflores, los gatitos del Parque Kennedy son dados en adopción y ya son noticia nacional y se organizará una sesión ministerial de emergencia para tratar el tema.