(Agencias Uniformadas) La boda que ha paralizado a la mitad del país, incluidas las casas de los que marchan contra la TV basura, ha traído como consecuencia el ánimo de miles de parejas que han decidido, de una vez por todas, dejar el cochino servinakuy en el que vivían por años (en el cuarto del fondo de la jato de la vieja del novio, obvio) y formalizar la situación. Enterada de la situación, María de los Ángeles Berckemeyer de la Riva Agüero, la popular Mara, quien con décimo ciclo de Sociología dirige una consultora de su tío, decidió darle una sorpresa a su nana, a quien junto al nuevo uniforme a rayas decidió regalarle un vestido de novias con el mismo estilo.
Vestido de referencia.
Vestido de referencia.
“Mi espíritu plural y diverso me ha ayudado a pensar en el bienestar de los demás desde muy pequeña, por eso mi nana siempre ha tenido el uniforme impecable, no como las nanas de mi vecinas que hasta percudido lo andan. Hace un rato vi a Juanita atentísima a la boda de un tal Yako -porque obvio, es empleada cama adentro-, y como supe que andaba saliendo con un chiquito de su tierra, decidí mandar al mayordomo a Parque Cánepa con un catálogo de alta costura aymara que la Cooperación Alemana me regaló.“, sostuvo Mara, mientras intercambiaba con sus amigas vía Skype las nuevas tendencias para empleadas del hogar que estaban dando que hablar entre los patrones de La Planicie, Chacarilla y el Golf.
“Pero, señor Chiflero, yo quiero que se sienta totalmente cómoda, no quiero que se ponga vestidos o esas cosas de gala tipo Carolina Herrera, vio, porque ella usa el uniforme de empleada hace más de 5 años, entonces como que siento que se va a sentir muy incómoda, por eso prefiero comprarle uno holgado, que se parezca a su uniforme, usted me entiende… con franjas blancas y negras, y que tenga dibujados animalitos, para que luego juegue con ese vestido con mis hijitos… ¿que se va a sentir terrible usando eso? , ¡mentira!, te apuesto que se va a querer casar en esos matrimonios comunales que hacen en su distrito, y van a ser tantas novias con vestidos huachafitos que ni se va a notar”, prosiguió.
Interesados en la versión de Juana, la empleada, decidimos solicitar una entrevista, pero la socióloga se rehusó afirmando que ella no estaba preparada para un cuestionario. “Usted sabe, ella es de provincia… y a veces a las mujeres de provincia, no sé, les sale un poco feíto las palabras, no saben pensar muy bien para entrevistas, pero yo la conozco, como soy socióloga puedo saber lo que ella siente, así que mejor pregúnteme a mi, yo te sabré responder por ella”, puntualizó Berckemeyer tras tomar un litro de pluralidad.