(Agencias preaprobadas) Un feliz burócrata de 28 años, cuyo mayor logro en octubre fue tener el mejor disfraz en su oficina, estalló de la emoción al descubrir que la deuda que adquirió con su banco por un cuarto de pollo había llegado a su fin.
La presa, que fue adquirida en 48 cuotas, incluía papas, ensalada y una gordita helada. Feliz porque el banco en el que le depositaban su sueldo mínimo le había otorgado una línea de crédito de 10 mil soles, decidió evitar el sencillo y darle uso a su nueva tarjeta dorada. Pero el drama empezó un día después, cuando se dio cuenta de que el descuento mensual incluía la atención del mozo, la ensalada (pesada al gramo), el disfraz del pollo que lo invitó a pasar a la pollería, el sueldo del tío de DIGESA que inspeccionó el local ese día y la multa que la SUNAT le clavó al local ese día.
“Cuando llegó la tercera cuota les exigí que me detallen por qué la deuda era tan grande, entonces me empezaron a detallar paso por paso el descuento. Ahí descubrí, por ejemplo, que en la octava cuota pagué dos papas y el pellejo de la alita“, sostuvo el afectado, identificado como C.O.J.U.D.O.
La Asociación de Imbéciles Compradores Compulsivos Sin Plata (AICCSP), refirió que dictarán un taller de responsabilidad en el gasto para que sus asociados aprendan a sacar pollos a la brasa solo con seis cuotas, mientras que anuncian que irán a organismos internacionales para defender a los miles de compradores de bicicletas elípticas, quienes desean devolverles porque no las han tocado una sola vez desde que las compraron en 72 cuotas.
