Gordofobia: un mal social que ataca y destruye a todos los rollizos peduanos

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(Agencias Rollitos) La Hunidad de Imbestigazhion de El Panfleto Perú ha realizado un exhaustivo trabajo de campo al interior de miles de hogares, restaurantes, gimnasios, universidades, pasarelas, centros comerciales, discotecas y sanguchones campesinos para comprobar que existe un alto rechazo a la gente gorda. En palabras de nuestra socióloga especialista en cuerpo, identidades (de)generadas y performance queer revolucionario antipatriarcal anarcopospansexual, María Ramona SinDepilé Confalo, esta fobia es una forma de violencia que denigra y esconde el cuerpo a través de insultos, comparaciones y vejaciones parecidas a los campos de concentración nazis: “Puta, ¿manyas? O sea no, pues, es una forma radical de violencia que denigra a la mujer y la vuelve un objeto, una mercancía de mierda, ¿manyas? O sea dentro de sus preconceptos machistas y faloheteronormativos carbohidratocoloniales solo generan una ideología que fomenta el odio a nuestros cuerpos gordos y rebeldes. Yo no hago dieta, yo hago revolución. A mí no me jodas con tus discursos sacados de esos programas de mierda donde solo promueven y bestializan a la mujer queer pospansexual. Yo tengo la razón en estos temas porque soy gorda y si estás en contra de mí, estás en contra de 30 millones de gordos peduanos. Te hago un escándalo de mierda, ¿manyas? Me bajo tu disco si no estás de acuerdo en que performe borracha meando a todos y comiéndome mi calzón rojo con papas fritas. ¡SOY UNA ARTISTA QUEER, CHOLO DE MIERDA! ¿MANYAS?“, declaró después de comer un sanguche vegano con bajas calorías y raparse nuevamente la cabeza en clara señal de protesta en contra el patriarcado.

Gordofobia ataca a 1 peduano de cada 2
Este mal sigue escalando vertiginosamente en las redes sociales peduanas. No obstante, no hemos podido identificar hasta ahora en qué establecimientos (discotecas, restaurantes, centros comerciales) prohíben el ingreso de gente gordita. Asimismo, todavía no se registra ninguna denuncia en alguna comisaría del Pedú donde se mencione clara y contundentemente que un poblador haya sido discriminado por ser gordito. Sin embargo, en las palabras y experiencia de vida de nuestra María Ramona, la gordofobia sigue avanzando hasta niveles insospechados. Tanto así que la gente que es violentada por ser gorda necesita terapia urgente. Estos casos han podido ser registrados, ¡gracias a Dios!, SOLO en el campus de la PUCP, específicamente en el tercer piso de la Facultad de Ciencias Sociales. “Es un problema que afecta al tercer , segundo y primer mundo, o sea, ¿manyas? O sea puta me discriminan por ser gorda. Y eso es algo que me ha marcado para toda la vida, ¿manyas? Y si me ha marcado a mí, entonces todos deben tener eso, ¿manyas? La gordofobia está matando peduanos, está que arruina todo, ¿manyas, o sea, puta?“.

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“Incluso es promovida por los propios afectados”

Al cierre de esta edición, decidimos ir a las periferias urbano marginales de las ciudades principales del país y fue grande nuestra sorpresa al constatar que la gordofobia no existe como uno de los principales problemas de estos gentiles pobladores marrones y demás colores del catálogo de puertas de SODIMAC. “No, sé, joven. ¿Gordofobia? Bueno, yo estoy gordo… siempre lo he estado. ¿Eso qué es? Ahh… ¿si me han discriminado por ser gordo en un restaurante o en una discoteca? Bueno, a veces voy con mi esposa a una pollería a comer, pero nunca me han dicho nada por ser gordo… y, joven, no tengo plata para ir a una discoteca. A veces compro media caja de chelas y me pongo a chupar con mis vecinos. Ahorita no, joven“, declaró un poblador periurbano marginal.

Finalmente, se supo de buena fuente que la activista queer panposbisexual ahora liderará una marcha para que se reconozcan los derechos de los gordos del Pedú. “¿Manyas? Puta, estamos abriendo líneas de ayuda para toda esa gente gorda que necesita de MIS CONSEJOS, de MI EXPERIENCIA porque YO voy a luchar por ellos. Erradicaré la gordofobia, ¿manyas? Incluso, parece que ya afecta a los hombres. La otra vez recibí la queja de un compañero que lucha contra la gordofobia que se sentía afectado porque, debido a la amplitud de sus mamas, su ‘flaca’ le había pedido usar un formador para hacer más picante la intimidad. ¡Basta ya del abuso!“, declaró después de sobar sus axilas en la cara del chanchoreportero como muestra de cariño pansexual.

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