Yahaida mía, aún sueño contigo. Sé que la distancia ha apagado la llama de nuestro amor incandescente. Me acuerdo cuando comimos por última vez en un chifa de la plaza de Satipo. Allí tú te empujaste delicadamente dos combos de arroz chaufa y una fuente de chi jau kay con tu Inka Kola de 1 litro y medio. Te veías tan bella y feliz… Yahaida mía, allí yo te confesé que me iba a mochilear a San Martín de Pangoa por unos meses. Me iban a bajar 8 palitroques y así podría yo pararme y poner una pollería donde nuestro amor florecería nuevamente. Tú lloraste y me pediste que te perdone porque tú no ibas a esperar tanto tiempo… lo comprendí, Yahaida María, lo comprendí. Allí en Satipo nos vimos por última vez y ahora he regresado a Villa Sol y estoy triste porque aún recuerdo cómo terminaste esa fuente de chi jau kay sin invitarme un puto bocado. Yahaida María, debo confesar que aún sueño contigo y por cada lágrima que botan mis ojos aúlla un perro chusco salvaje en la azotea de mi vecina. YAHAIDA MÍA, ¿CÓMO PUEDO OLVIDARTE? ¡SI LLEVO GRABADOS TUS DESEOS EN MI PIEL, YAHAIDA MARÍA! ¿Cómo olvidar el pasado que nos separó? 1) ¡SAL A LA CALLE!: Jairo, ya no hay nada qué hacer en esta vida. ¡AISH VIDA! ¡ESTO NO ES VIDA! No te encierres en tu cuarto con una botella de Cartavio sabiendo que puedes compartirla en el parque con tus patas Johnnie, Washington, Jeymi y Eric. Respira hondo y empieza a chupar como desgraciado esa botella. Recuerda que estar en la calle con tus amigos es mejor que estar encerrado en una habitación. No dejes que la melancolía te conduzca hacia el camino irreversible del suicidio. ¡POR ELLA, POR ELLA, POR ELLA LA BOTELLA!
2) ¡Reflexiona sobre cómo la cagaste!: Ahora ha pasado un año desde esa terrible separación. Tienes la mente despejada y empiezas a pensar cada detalle. Date cuenta que tampoco le ofrecías mucho a Daysi. Tu corazón y mente estaban más interesados en el pollo a la brasa que en calentar su cuerpo con el tuyo. Preferías ir a meterle bujiazos a carros en Zarumilla que pasar tiempo con ella y su calato. ¡TÚ ERES RESPÓNSABLE DE LA SEPARACIÓN! ¡AHORA MÁTATE, BASURA!
3) “No busques en una Leydi lo que no pudiste encontrar con una Yahaida”: Kevin, sé que extrañas el calor de un cuerpo ardiente. Esos deseos por besar unos labios llenos de pasión y rozar el jean de una pelada te dominan. Pero, escucha a Steven Maycol, escucha a este chico de las pollerías, escucha a este datero fiel del amor y al fercho del corazón. ¡Escúchame y no lo hagas! Apenas ha pasado un día y tú ya quieres ir de cacería. Yo también lo hice varias veces y por eso te digo con razón de ser que ese no es el camino para olvidar a Yahaida María. Una Leydi apasionada jamás podrá estar a la altura de una Yahaida enamorada. Sé consciente que esto es un proceso. Una noche en un telo no podrá reemplazar el amor, los detalles, las sonrisas cómplices de una relación de años. Tu corazón y tu cuerpo no están listos para involucrarte con una Leydi. Te darás cuenta que cuando estén teniendo sexo, seguirás pensando en ella y cómo sus ojos te miraban con ternura *Steven Maycol llora, el chico de las pollerías gime de tristeza*. Escucha, Kevin, escucha. Vive el duelo que probablemente una nueva pelada seduzca tu corazón de panetón. Date tiempo y no la cagues, Kevin.
4) ¡NO LE PONGAS SALDO A TU CELU!: Ever, estás depre; lo sé, Ever. Sé que quieres llamar a Jelsy y decirle cuánto la extrañas. Solo ha pasado una semana, pero sientes que has cometido el peor error de tu vida amorosa. Le has escrito varios inbox a su perfil, pero ella te ha eliminado, bloqueado y reportado. El whatsapp ya fue porque también te ha bloqueado, pero aún tú te sabes el número de su celular. ¡NO LE PONGAS SALDO! ¡OLVÍDATE DEL CELULAR! ¿Para qué llamarla? ¿Qué quieres probar? No te humilles, ¡ten dignidad! Ella también necesita tranquilidad. Por cada llamada tuya solo consigues que se aleje más. Conviertes todo este rompimiento en un mar de lágrimas innecesarias. Sé consciente y ve, mejor, a ayudar a tu vieja en la bodega. Esos atunes Florida no se van a vender solos. ¡OLVÍDATE DE ELLA Y NO LE PONGAS SALDO AL CEL CTM! ¡NO VAYAS AL TELÉFONO PÚBLICO!
5) ¡VIAJA, SAL DE LIMA, O SEA VETE A ANCÓN!: Un viaje fuera de la ciudad te permite explorar nuevos paisajes, probar nuevos sabores y oler nuevas fragancias (¡JA!). Un corazón herido necesita trasladarse y disfrutar de su juventud. Prueba que no es necesario estar acompañado para explorar nuevos parajes de este país. ¡TIENES QUE VIAJAR PARA OLVIDARLA! Prepara tu mochila con dos calzoncillos, un par de medias, dos polos y dos bermudas, mete en un taper el estofado recalentado que hizo tu vieja, llena en tu botella de Cielo agua de manzana y chapa el bloqueador de tu hermana. Ve al paradero Caseta y súbete a tu Buena Estrella: “Chacas, Chacas, Chacas. Habla, ¿vas?” Viajar alivia los dolores del alma y así conocerás gente… solo que no lo hagas en invierno, pues, huevón. ¡AY LEONARD! “Baja, baja, baja”
6) No busques ser amigo de tu ex: La amistá es un proceso que requiere tiempo. No te presentes en su jato a la semana, Harold. No le digas: “Oe Yaha, habla, hay un tono en la jato de Yimmy, ¿vamos?” Pucha, ¿para qué? Acaban de romper y ella quiere T-R-A-N-Q-U-I-L-I-D-A-D y no te quiere a ti en su puerta invitándola a salir a la semana del rompimiento. Si ella acepta, solo significa que ambos están igual de cagados. “Yo jamás buscaré ser tu amigo porque tú ya eres mi piel, mi sangre y mi corazón, Yahaida. Te deseo y mis ojos no mienten y mi voz tiembla al pronunciar tu nombre. Un amigo no podría ser yo pues mis manos y mis labios ya saben a ti. Si me ves llorar, recuerda que estas lágrimas estarán grabadas en el aire que respiras, que respiras”
7) Steven, ¿qué hago con el peluche y los demás regalos?: Déjaselos. Un regalo es un regalo, mi querido Jonathan. No seas tan cojudo de ir a su casa a reclamar el peluchón de 400 soles que compraste en el Mega en 48 cuotas. Tampoco se te ocurra reclamar por los vales de descuento de Plaza Vea que le regalaste a la vieja de la Yahaida. ¡Y MENOS LE RECLAMES POR LA ROPA QUE LE COMPRASTE EN CUOTAS EN RIPLEY MAX! Esas blusas ya fueron, ameo. Reconoce que esas cosas materiales jamás unieron tu vida a ella, sino la pasión. Lo material ya fue. Apechuga. Las cosas se recuperan, pero a ella jamás la recuperarás, basura. ¡OE DEVUELVEME MIS COSAS, OE!
Ahora me alejo y sonrío porque sé que vivimos instantes sublimes, Yahaida. No me arrepiento de habértelo dado todo. Sé feliz, concha tu madre. ¡SUSAN! ¡SUSAN!